Descripción del recorrido:
|
Desde el parking del Tranco, dejando a nuestra izquierda el inicio del camino que recorre la garganta Camorza paralelo al río Manzanares en dirección a Canto Cochino, nos dirigimos hacia la parte alta del parking, para subir por unas escaleras que encontraremos junto a la pared de uno de los restaurantes (CASA JULIAN). Seguimos las marcas blancas y amarillas, subiendo en algunas ocasiones por encima de las piedras y otras por un estrecho camino de tierra que, en algunos puntos, presenta unas rampas con grandes desniveles. En media hora llegaremos a un pequeño descanso que presenta esta durilla senda, que en algunos mapas viene marcada como Senda de los Carboneros o Senda Carbonera. Se trata del Mirador del Tranco, una pequeña pradera con jaras que nos permitirá recuperar el aliento y recrearnos con las vistas de Manzanares el Real, su castillo, el embalse de Santillana. Seguimos subiendo y media hora más tarde, después de pasar una zona en la que encontraremos un vivac debajo de una gran piedra, alcanzaremos un segundo descanso: la Gran Cañada, una inmensa pradera de más de un kilómetro de larga, en la que podremos hacer otra breve parada antes de continuar por el camino que, justo enfrente nuestro, continua la subida pasado antes por una pequeña fuente. Otra media hora de subida nos costará llegar a un tercer descansillo, una zona de grandes bloques de piedras, donde poder sentarse a descansar y ver la, hasta ahora escondida, cima del Yelmo. Nos ponemos en marcha de nuevo y después de casi otra media hora nos plantamos, ¡ por fin!, en la pradera que se encuentra en la base de la majestuosa mole de la Peña del Yelmo. Han sido dos horas de fatigosa subida para salvar 600 metros de desnivel en los tres kilómetros que nos separan del Tranco. Un buen sitio para un descanso más largo y ver a los “hombre-araña” subir por la interminable pared vertical (175 metros de altura), que presenta por ésta cara el Yelmo. Para volver, podemos hacerlo por el mismo camino que hemos traído, aunque proponemos dar un rodeo para ver una de las más perfectas obras creada por la Naturaleza en la Pedriza: EL ELEFANTITO. Para ello, caminaremos hacia el final de la pradera del Yelmo, donde veremos dos caminos: el de la izquierda, bordea el Yelmo por su cara noreste, en la que se encuentra la brecha por la que se puede subir hasta la cima, pero nosotros tomaremos el de la derecha que se dirige hacia lo que parece una infranqueable muralla de rocas. El camino no es muy claro, pero nos podremos guiar tomando la dirección que nos acerca a una piedra que se encuentra en equilibrio sobre otra más grande. De todas formas, enseguida veremos marcas blancas y amarillas que no indicaran el estrecho paso por el que debemos continuar. Se trata de un camino bastante tortuoso, en el que debemos tener cierta precaución ya que en ocasiones, caminaremos sobre inclinadas placas de piedras en las que podemos resbalar, sobre todo si se encuentran húmedas. Se trata de la Senda Maeso, que recorreremos en dirección Sur durante casi un kilómetro, unos 50 minutos, hasta que veamos a la derecha un camino, no muy marcado, que cruza una pequeña planicie hacia un repecho de piedras. Podemos ver alguna pequeña marca de pintura morada que nos confirmarán que vamos en la dirección correcta. Nada más superar este repechejo, nos situamos en la vaguada de Las Cerradillas en la que veremos la peña de EL ELEFANTITO. 15 minutos desde el desvío tardaremos en llegar hasta la base de la peña, y quedarnos maravillados de la perfección con que la naturaleza ha labrado ésta cabeza de elefante. Seguimos por la misma senda, que baja cerca de un arroyo, hasta llegar a la Gran Pradera y desde aquí, por el camino que recorrimos al principio, bajaremos hasta el Tranco.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario