MANTENERSE EN SUS TRECE:
Esta es una locución de origen controvertido. Mientras algunos sostienen que proviene de la obstinación con la que el antipapa español Pedro de Luna defendió sus derechos al solio pontificio bajo el nombre de Benedicto XIII, durante el cisma de Occidente, para otros es simplemente un modismo residual que proviene de cierto antiguo juego de naipes, en el que, a la manera del que nosotros conocemos como el siete y medio, la cantidad de tantos máximos para poder ganar el juego era "quince".
De esta forma, sucedía con mucha frecuencia que el jugador, al alcanzar ocasionalmente los trece puntos y por temor a pasarse de la cantidad ideal, rehusaba pedir otra carta y se plantaba en ese número, el trece.
Sea cual fuere el origen de la locución, la expresión “mantenerse en sus trece” ha pasado al lenguaje popular como sinónimo de terquedad y persistencia porfiada en mantener una opinión contra viento y marea.
MARCARSE UN FAROL:
La frase hecha “marcarse / echarse / tirarse un farol” significa ‘mentir, exagerar’, digamos que estratégicamente. Tiene su origen en ciertos juegos de cartas, como en el “póker”, en los que un “farol” es la mentira “estratégica” que expresa un jugador acerca de las cartas que tiene o, más bien, que dice tener, haciendo una apuesta exagerada y osada, de manera que el resto de los jugadores se queden deslumbrados (de ahí el origen de la palabra) y retiren sus apuestas o jueguen sin demasiada fe en el triunfo de sus cartas.
MARCHARSE O DESPEDIRSE A LA FRANCESA:
Haciendo porte de histórica mala educación , en Francia, durante el siglo XVIII se comenzó a estilar marcharse de una reunión o de la mesa sin saludar, ni siquiera hacer el menor gesto de cortesía. Con el tiempo esta práctica se generalizó tanto que marcharse saludando comenzó, irónicamente, a convertirse en algo señal de mala educación.
MÁS FEO QUE PICIO:
Para ponderar la fealdad de alguien se dice que es más feo que Picio, supuesto personaje a quien de feo que era, al morirse le dieron la extremaunción con caña, por lo asustado que estaba el párroco. El autor José María Sbarbi asegura haber hablado con personas que conocieron a Picio, un zapatero de principios del siglo XX que vivió en el pueblo granadino de Alhendín. Se dice que este hombre fue condenado a muerte, pero que hallándose en capilla recibió el indulto. La impresión de la noticia le produjo la pérdida total del pelo, aparte de una serie de increíbles deformaciones en el rostro que le hicieron pasar a la leyenda española como símbolo extrremo de la fealdad física.
MÁS MORAL QUE EL ALCOYANO:
Esta expresión popular, que tuvo su origen en los ambientes futbolísticos españoles de la década de los cincuenta del pasado siglo, se suele utilizar para alabar el empeño y la fé de una persona en el logro de un objetivo aparentemente imposible de conseguir.
Su origen, como decimos al inicio, data de los años cincuenta, tras un partido de fútbol disputado en la bella ciudad alicantina de Alcoy. La historia cuenta que casi al final del encuentro el equipo del Alcoyano iba perdiendo en casa por 13 goles a 0. A pesar del resultado adverso, los jugadores del equipo ponían tanto empeño en remontar como si el partido acabara de empezar.
En realidad, tal versión no es correcta : la frase hace alusión a la primera y única temporada en la que el citado equipo del Alcoyano militó en la Primera División de la Liga española, contando por goleadas en contra la mayoría de los partidos disputados, tanto en su campo como en campo ajeno.
MÁS VIEJO QUE MATUSALEM:
Dícese de algo o de alguien de muy avanzada o provecta edad. Alude a la mítica longevidad del patriarca de la Ley Antigua de los hebreos, llamado Matusalem al que hace referencia el Libro del Génesis (cap. 5º. vers. 25, 26 y 27): "Matusalem vivió 187 años, y engendró a Lamec. Y vivió Matusalem después que engendró a Lamec, 782 años, y engendró hijos e hijas. Con lo que todos los días que vivió Matusalem fueron 969 años".
El tal Matusalem, si es que existió, debió nacer, según las Viejas escrituras de los judíos, alrededor del año 4227 y debió morir, siempre hipotéticamente, sobre el año 3308 a. de C. y fue abuelo del patriarca Noé, según siempre las citadas Escrituras. Es de advertir que en aquella época el cómputo de los años difería del actual y que la media de la mortalidad del hombre podría alcanzar, siendo muy optimistas, los cincuenta años. Muy sanísimo debió estar el tal Matusalem y en cuanto a lo de engendrar tantos hijos y a tan provecta edad, mejor correr un tupido velo.
MATAR AL MENSAJERO:
Este dicho popular se utiliza en el sentido de acusar a una persona que da una mala noticia de ser el origen o la causa de los males que cuenta. También se utiliza para lamentar la injusticia y el desagradecimiento de las personas que reciben una mala nueva por su ira contra el mensajero.
Se trata de una costumbre ancestral, referida ya en los más antiguos libros sagrados : el portador de malas noticias era castigado y sometido a escarnio. En ocasiones, se ahorcaba al mensajero o se le cortaba la lengua o la cabeza. En Grecia y Roma continuó tan desafortunada tradición. Durante la Edad Media era frecuente azotar a los mensajeros que traían desagradables comunicados. Por el contrario, el mensajero que portaba buenas nuevas era agasajado y tratado con honores.
ME LO DIJO UN PAJARITO:
En Grecia y Roma, sobretodo en la última, se creía que los pájaros, al ser dueños del vuelo, poseían características magnificas de percepción. Como con el tiempo comenzaron a ver que ante una tormenta severa las aves eran las primeras en evacuar la región, los romanos, las designaron como portadoras del saber futuro. De hecho el rito de los Augurios, donde se intentaba predecir el futuro, se basaba en observar el volar de los pájaros -al igual que lo hicieran Rómulo y Remo esperando ver 12 pájaros para fundar Roma-. De Aquí viene que el dicho “me lo dijo (contó) un pajarito” signifique que nos enteramos de algo “misteriosamente”.
MEA CULPA:
Sintácticamente, esta expresión de origen latino es un complemento circunstancial de causa y su traducción literal es “por mi culpa”. Sin embargo se ha substantivado, y cuando uno entona el mea culpa quiere decir que se está declarando culpable de alguna acción negativa. La expresión está tomada de la liturgia de la misa cristiana, cuando se decía en latín y el sacerdote se declaraba pecador y dándose tres golpes de pecho decía “mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa”, que significa “por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa”.
MOVER EL ESQUELETO:
Esta expresión castiza y muy extendida en España se refiere ni más ni menos que a la práctica del baile, de la danza, como ejercicio lúdico. Debe su origen, por asociación memorativa, a una vieja y marchosa canción que alegró los corazones y aligeró los pies de generaciones de jóvenes en aquellos tristes años de la postguerra española, el “Rascayú”, una de cuyas estrofas tenía esta letra: "El viejo enterrador hizo amistad / con muchos esqueletos / que salían bailando una sardana / y mezclaban sus voces de ultratumba / con el croar de alguna rana".
miércoles, 20 de junio de 2007
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