lunes, 19 de noviembre de 2007

Hoces del río Duratón


Nombre: Hoces del río Duratón
Localización: Sepúlveda, Segovia. (El parque abarca otros pueblos pero desde Sepúlveda parten la mayoría de las rutas).
Tipo de ruta: Hay varias rutas. Dificultad: Hay varias rutas.
Distancia aprox.: Hay varias rutas. Tiempo estimado: Hay varias rutas.
Altura min/max: 980 - 880 -1.010 metros.
Descripción del recorrido: El parque Natural de las Hoces del río Duratón contiene muchos elementos interesantes para visitar, uno que llama la atención tanto por el paisaje como por la posibilidad de ver a los buitres sobrevolar por encima nuestro, es la Ermita de San Frutos, después de haber recorrido un polvoriento camino que sale de Villaseca, se llega a un pequeña explanada donde debemos dejar el coche y seguir el camino a pie, tras recorrer un par de kilómetros llegamos a un promontorio rocoso, situado en medio de una las hoces, donde esta el Priorato de San Frutos, patrón de la diócesis de Segovia. A un lado podemos ver el pantano de Burgomillodo, donde acaban las hoces y al otro un espectacular cortado sobre el río Duratón, en el paredón que se encuentra enfrente se puede distinguir una gran buitrera, de la que constantemente salen los buitres que sobrevuelan por la zona, aveces incluso a pocos metros por encima de nuestras cabezas.

Otro lugar de gran belleza son las ruinas de Monasterio de Nuestra Señora de los Angeles de la Hoz, fue fundado en 1231 por monjes franciscanos en el lugar donde dice la tradición que Nª Sª de los Angeles se apareció a un pastor llamado Pedro. El antiguo monasterio se derrumbo en 1492, salvo la iglesia, donde la comunidad estaba rezando maitines. Hacia 1565 fue visitado por el rey Felipe II el cual impulso las obras de reconstrucción, con la desamortización de Mendizabal el monasterio fue abandonado y en la actualidad solo quedan las ruinas, a las cuales solo se puede acceder a través de las aguas del pantano de Burgomillodo, respetando las restricciones que impone su situación dentro de la Zona de Reserva.

El parque discurre desde Sepúlveda hasta la presa de Burgomillodo, en él se incluyen los términos de Sepúlveda, Sebúlcor y Carrascal del Río, tiene una superficie de 5.037 hectáreas y comprende unos 25 kilómetros del río Duratón.

Dentro de su demarcación están prohibidas actividades como hacer fuego, la acampada libre, verter basuras, escombros, etc. Hay delimitadas unas Zonas de Reserva, que por ser especialmente sensibles tienen el paso restringido, para poder acceder a ellas se necesita un permiso que se obtiene en el Centro de Interpretación, situado en Sepúlveda, en la antigua iglesia de Santiago (merece una visita). El horario de atención al público es de 10 a 14 y de 17 a 19.

De Sepúlveda a Villaseca:
La ruta comienza en el Centro de Información del Parque Natural (1), desde donde seguimos en dirección a la Plaza Mayor y continuamos por la calle de la Barbacana y la puerta del Ecce Homo. Desde ahí, en una ligera subida entre casas blasonadas se accede a la ermita de la Virgen de la Peña (2) (10 minutos y 750 metros), un bello ejemplo del románico y que permanece colgada sobre el barranco del río Duratón que se abre al norte de ésta. Tras el ábside de la iglesia hay un mirador desde el cual se observa toda la grandiosidad del inicio del cañón, ayudados por paneles interpretativos.

Se vuelve sobre nuestros pasos hacia la derecha, buscando el cuartel de la Guardia Civil. Ahí comienza un camino hacia el oeste que lleva a la puerta de la Fuerza. Tras cruzarla se comienza a descender por la calzada romana que en varios zig zag nos lleva a desembocar en el cauce del río Duratón (3) (30 minutos y 2,5 kilómetros). En este sitio ya podemos observar a la vera del cauce el bosque galería que nos acompañará durante nuestro recorrido por el valle y si alzamos la vista, en los farallones calizos de enfrente, se pueden apreciar varias buitreras.

Se cruza el río por el puente Picazos, de origen romano y se gira a la izquierda por un camino bien señalizado. Es la Senda de los dos Ríos, llamada así por el Duratón y su afluente el Caslilla.

Se entra en el bosque galería, distinguiéndose entre los fresnos, alisos, sauces y chopos, también más adelante se cruzan unas antiguas huertas, la huerta del Obispo y que nos van a llevar hasta una pasarela. Se ascienden unas escaleras para llegar a una repisa natural del cañón, que se alza sobre el río, que va a quedar, durante todo el recorrido a nuestra izquierda.

Se deja la pasarela y se desciende de nuevo al fondo de el valle, introduciéndonos en una chopera en donde el río Caslilla desagua por la izquierda en el Duratón tras circunvalar por el sur la villa de Sepúlveda.

Se sigue el camino y se llega a una antigua fábrica de luz (antigua hidroeléctrica). Encima de ésta hay restos arqueológicos de un asentamiento visigodo (Castrogoda). Más adelante encontramos otro puente, del cual sólo queda un ojo, el de Talcano, también de origen romano (4) (3,5 km y 50 minutos). Si queremos volver a Sepúlveda éste será un buen lugar, remontando el valle del Caslilla por la Senda de los Dos Ríos.

Se desciende por la orilla derecha del río, acompañados por el bosque galería y los farallones rocosos a ambos lados. De repente, un valle aparece a nuestra derecha, con unas rocas que enmarcan el centro de este ensanchamiento. Es el meandro abandonado por el Duratón, que ha capturado su propio lecho y discurre ahora por el camino más corto, en vez de dar un amplio giro hacia la derecha. En medio, como testigo han quedado unos pequeños farallones de calizas con un cierto aspecto ruiniforme. Si nos subimos encima de ellas o bien en los mapas podemos observar este ejemplo de la más pura geomorfología fluvial, reconociéndose aún el lecho abandonado (5) (4,5 km y 1 hora y 5 minutos).

Se sigue descendiendo por este incomparable cañón, con sus numerosas buitreras y sus paredes calizas. Observaremos como no son verticales en todo su desarrollo, sino que van haciendo como escalones. Esto ocurre porque el río ha tenido etapas diferentes en su fluir. Estamos en una zona kárstica, es decir, caliza, y el agua se filtra muy bien desde la superficie hacia el interior de la tierra. El agua forma ríos subterráneos y éstos cuevas (todos conocemos cuevas famosas con ríos en su interior).

En ese momento, el río forma paredes verticales. Pasa el tiempo y el río sale a superficie, bien por hundimiento de la cueva, bien por surgencias naturales, y forma un valle fluvial en forma de "v", y al repetirse varios de estos períodos da lugar al cañón que conocemos ahora.

Se sigue por las soledades del cañón y en los farallones de la derecha se divisa la ermita de San Julián, en ruinas. Si se quiere subir, la cuesta es muy dura y la senda escarpada (6) (6 km y 1 hora y 30 minutos).

La senda se va a ir acercando o alejando según se desciende, con las zarzas y bosque galería acompañándonos en nuestro paso. De vez en cuando se observarán buitres que vuelan en círculos al coger una corriente convectiva que los hace ascender sin esfuerzo. En una parte muy angosta del cañón, arriba a la derecha hay un puente de piedra caliza, formado de manera natural, es la "ventana del diablo".

Llegamos hasta un puente que cruza el río (7) (8,5 km y 2 horas y 15 minutos). Este lleva por una pista de tierra que va a ascender, tras pasar por un transformador de luz, hasta Villar de Sobrepeña. No cruzamos, sino que continuamos por el río, acompañándonos entre buitreras y el frondoso bosque galería de la zona. Salimos por fin de la zona de reserva y que está protegida y prohibido el acceso de enero a julio.

Tras continuar la marcha se llega a las inmediaciones del puente de Villaseca, una carretera que desciende desde Sebúlcor y asciende a Villaseca por la parte norte. Un poco antes de llegar, a mano derecha está la cueva visigótica de los Siete Altares, y un poco más arriba un valle estrecho surge a nuestra derecha (8) (12,5 km y 4 horas).

Hay que empezar a ascender por este vallejo, conocido como "de los Cárcavos" o "de la Perdida". Es un valle que en ocasiones es tan estrecho que sólo puedes pasar por el fondo del valle, cosa que en época de lluvias es imposible de hacer. (9) (13,5 km y 4 horas y 45 minutos). Llega un momento en que el camino se hace dificultoso, con importantes desniveles en el camino. En ese momento hay que desviarse por la derecha según subimos. La vegetación aquí ya ha variado: rosales silvestres, escaramujos, también llamados "tapaculos", enebros y las sabinas que hemos ido viendo en las partes altas a lo largo del valle del Duratón.

Poco a poco, las grandes paredes de nuestros laterales van menguando y acabamos la ascensión en una suave cuesta que nos conduce al páramo segoviano (10) (15,5 km y 5 horas y 40 minutos). Desde ahí no hay más que girar hacia el norte por un camino rural que nos conduce al pueblo de Villaseca, que se alcanza la poco (11) (16,5 km y 6 horas).



En el entorno del Duratón se pueden hacer otras rutas, tanto de travesía como circulares. Algunas ya están indicadas laxamente en el texto, pero conviene describirlas aquí:

RUTA DE LOS DOS RÍOS
Se alcanza el puente Talcano (4), tal y como se indicó en la senda primera. Desde aquí se cruza el río por una pasarela de hormigón y se remonta hacia la carretera de Segovia (5) (4 km y 1 hora). Se cruza la carretera con precaución y descendemos hasta el río Caslilla.

Remontamos el río, aunque más bien es arroyo, y que también ha formado un pequeño cañón, sirviendo de foso natural a Segovia por el sur. Es una zona muy bonita, con huertas, chopos y que continua hasta el famoso pliegue en rodilla de Sepúlveda (6) (4,5 km y 1 hora y 15 minutos). Este pliegue en las calizas es consecuencia de una falla en el zócalo granítico que se haya por debajo de la superficie y que va descendiendo en escalones o gradas desde la sierra de Guadarrama al sur, hasta la fosa del río Duero al norte. Es un pliegue espectacular y se le conoce en la zona como la Silla de Caballo.

Siguiendo nuestro camino en paralelo al Caslilla se llega a la carretera antigua de Segovia. Se asciende por ella en dirección al pueblo, al que se accede por la Puerta del Río. Se sigue de frente, hacia la iglesia de Santiago, donde está el Centro de Información (7) (5 km y 1 hora y 30 minutos).



SUBIDA A VILLAR DE SOBREPEÑA:
Según se ha ido río abajo buscando el vallejo de los Cárcavos, se llega a un puentecillo sobre el Duratón (7), que se cruza. Allí hay una construcción que es un transformador de luz. Ahí comienza, o más bien acaba, una pista amplia que va a ascender hacia el pueblo.

Se comienza el ascenso por el barranco, conocido como de Valdemuelas. En sucesivos zig zag alcanzamos un punto intermedio (8) (9,5 km y 2,5 kilómetros). Desde ahí se alcanza la paramera que domina las alturas del Duratón y se termina en Villar de Sobrepeña (9) (5 km y 1 hora y 30 minutos).



LA ERMITA DE SAN FRUTOS:
No se completaría el recorrido por el Duratón sin visitar la ermita de San Frutos. Se puede ir con coche desde Villaseca durante tres kilómetros por una amplia pista de tierra hasta un aparcamiento acondicionado para ello. Luego hay que ir otros dos kilómetros andando, descendiendo suavemente hasta llegar a las estribaciones del páramo y donde se observa el Duratón y las profundas hoces en todo su esplendor. A la derecha, y aguas abajo se distingue la presa de Burgomillodo, que retiene las aguas del río en las hoces y que permite el descenso en piragua desde el puente de Villaseca.

Las bandadas de buitres son aquí bastante abundantes. No es extraño ver varios ejemplares hacer las características vueltas para ascender con las corrientes de aire convectivas. También es posible reconocer, si observamos con detalle, las buitreras en los farallones calizos.

Antes de llegar a la ermita, hay que pasar un estrecho por un puente de madera, nada aéreo, que sobrepasa una grieta natural conocida como "la hendidura", y que está relatada como sobrenatural en la leyenda de San Frutos.

La ermita merece la pena visitarla, pues es un bello ejemplo del románico rural de la zona.

Mapas/Planos:


La ruta descrita puede no corresponderse al 100% con el itinerario marcado en el mapa de color más intenso, pero puede servir como guía de la zona.
Anecdotas: El paisaje de las Hoces del Duratón esta dominado por la roca caliza originada en la Era Secundaria, hace 140 millones de años, por la acumulación de sedimentos en el lecho del antiguo mar que por aquel entonces inundaba toda la actual península Ibérica, hace aproximadamente unos 50 millones de años, los movimientos de las placas tectónicas hicieron que dicho mar emergiera, dando lugar a la actual península y a las montañas que conocemos en la actualidad, los Alpes, los Pirineos, etc. Esos sedimentos marinos dieron lugar a la formación de rocas calizas, que con el paso del tiempo y por efecto del agua y las condiciones climatológicas se fueron fragmentando y desgastando dando lugar a las actuales hoces, este proceso de carstificación ha permitido que el cauce del Duratón se encaje entre impresionantes paredones verticales, que en ocasiones llegan a los cien metros de altura.

En los paredones se han ido formando oquedades siendo utilizadas desde la antigüedad tanto por el ser humano como por la fauna. En la actualidad estos huecos son utilizados por los buitres para su nidificación. La población actual de buitres en el Parque Natural ronda las 250 parejas, pero gracias a las actuales condiciones, esta cantidad se esta incrementando año a año, la época de cría del Buitre Leonado es de enero a julio pero dado que en dichas fechas es muy sensible a la presencia humana, se recomienda que las visitas a la zona sean respetuosas con el entorno de estas majestuosas aves, procurando no sobresaltarlas en ningún momento.

Foto:















Fecha excursión: He realizado varias y tengo que comprobar fechas.
Excursionistas: He realizado varias y tengo que comrpobar excursionistas de cada fecha.

2 comentarios:

Javi dijo...

Qué bonito!! Una de las excursiones más bonitas de toda mi vida, tanto por el paisaje como por la compañía, que era la mejor del mundo ;)
Besitos amor!!

Almudena Parra dijo...

Te había prometido que te pondría esta ruta que tanto te gustó y ahí está. Sólo hicimos dos de las rutas así que habrá que volver para hacer otra, no?
Besos.